Resulta que no estornudé, no hice ninguna estupidez. O sea que me banque la angustia. Angustia a las 12, pero me dormí. Angustia a las 3.30 am. El insomnio me llevó a encender la TV y ver algo que me saque un ratito de mi cabeza y me deje dormir. Porque el silencio no ayuda. Gracias Fox por poner "How I met your mother" a la madrugada. Y eso que hubiera visto cualquier cosa, hasta TVcompras, con tal de dormir.
Mis ojeras de hoy son inexplicables. El responsable de disparar esta angustia una vez me dijo: "las ojeras son sexies: da la imagen que trasnochas y la sabes pasar bien". Puf, porque la pase bomba ayer eh. Nunca estuvo más errado.
Estoy recurriendo non-stop a la sublimación: estudie toda la mañana en compañía de un capucchino gigante, y sigo. A la tarde me espera una buena descargada en la clase de Spinning: Ricardo, hoy tenes licencia para matarnos, voy a intentar no romper la bici nomás.
A falta de Mabel tengo mis back-ups: mis amigas/os, que dicen cosas como "ese chico no te merece", o "le tiro aceite caliente a la madre o la hermana del susodicho cuando las vea en el gym" o "descargate conmigo!", o "a los 30 nos casamos", etc.
Segundo: el estudio, suerte que tengo algo en qué ocupar mi cabecita.
Tercero: ejercicio.
Cuarto: que mañana cumple años mi tio y soy la encargada de la torta de cumple - que aunque cumpla 78, va a ser una chocotorta, obvio, pero con un poco de Tía María para los adultos.
Mentira, no son back ups. Son más, son esos los "nuditos" que me mantienen (masomenos) cuerda, con Mabel o sin ella.
Y la quinta: escribir.
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